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Comentario
Hacia ya casi tres meses que realice mi última salida de senderismo, mucho ha pasado en este tiempo. Pero la Naturaleza agradecida siempre nos ha esperado. Para ello hoy elegí una de esas zonas que tenía en mi mente descubrir. Nos vamos a la Sierra Oeste a Valdemaqueda donde subiré al Cerro de Santa Catalina, bajando por la zona del Turral. Hace ya mucho tiempo lo subí, pero en bicicleta.
Llego temprano al pueblo para poder realizar la ruta con el fresco de la mañana, aunque el tiempo ha cambiado y se torna algo más tormentoso. Los cielos grises, amenazando caer agua en cualquier momento de la ruta. Este tiempo algo fresco, sintiendo la brisa en mi rostro, me hace sentir algo especial, son esos días que me comería el mundo. Aunque hoy mis piernas no estaban para mucho trote.
Salimos del centro del pueblo y tomo la avenida de la Constitución paralela a la principal por arriba. De esta manera evito pisar demasiado asfalto y entro antes en contacto con los senderos. A la salida me espera una pista y hay que prestar atención cuando esta hace una curva a la derecha, para tomar una vereda que esta paralela a ella por la izquierda.
Esta vereda nos va a pasar muy cerca del helipuerto de la carretera por la que llegue al pueblo. Esta pista a la que llego va a ir rodeando el Cerro de Santa Catalina. Me aparto un momento a mi derecha para acercarme en dirección a un hermoso pino que parece que dispone de unas buenas vistas.
Retomo la pista hasta que en un punto voy a girar a la izquierda para afrontar la parte mas dura de la ruta por el desnivel a salvar.
La subida es continua y sin pausas, la primera parte se hace algo mas dura, posteriormente las zetas se hacen más amplias y alivian la carga que van arrastrando las piernas.
Aquí es donde comienzo a sentir que mis piernas están totalmente fuera de forma, aun así, tiro de coraje y sigo progresando.
La pista parece que quiere continuar pero ya en plano y bajada y yo tengo que seguir subiendo. Me fijo que por encima de mi hay una especie de puerta verde abierta, la senda esta muy difusa, pues la naturaleza ha hecho su trabajo y ha tomado lo que es suyo.
Así que un pequeño campo través pasando por la puerta y en subida a un pequeño collado.
Me voy a ir en principio a la izquierda para acercarme al Risco de Santa Catalina. Subo intentando seguir la trazas de una pequeña vereda inundada por la vegetación. Me llevan hasta un maravilloso mirador que forma este risco.
El viento sopla y me obliga a resguardarme un poco, mientras aprovecho para almorzar un poco. Las vistas desde aquí, son realmente preciosas. Sería uno de esos lugares donde me quedaría ensimismado en mis pensamientos y se pasaría el tiempo sin darte cuenta.
A regañadientes me despido de este precioso mirador y vuelvo por donde vine hasta el Collado. Ahora un poco más de subida hasta llegar a la parte más alta del Cerro de Santa Catalina, antes de subir me desvió a mi izquierda hacia una especie de dos postes que te llevan a un altillo de rocas para poder tener otras vistas. Desde atalaya podemos ver la forma tan curiosa que dibuja la Sierra de la Almenara. La he subido por la parte más sencilla desde Robledo de Chavela y otra bajando por toda Su Crestería toda una aventura.
Retomo hacia las antenas y el vértice geodésico del Risco Grande a 1386 metros de altura. Bajo un poco hacia un pequeño roquedo que tiene otras fabulosas vistas.
Retomo la pista por la subí. Ahora voy a ir bajando acompañado por una gran valla a mi derecha, estamos en territorio de caza al animal indefenso.Al menos las jaras que comienzan a florecer me hacen olvidarlo.
La pista comienza a bajar serpenteando, en un punto determinado vamos a abandonar la pista por nuestra derecha al llegar al fin de la alambrada. Vemos como esta baja por el monte, pues nosotros la vamos a seguir pegados a ella.
Llegamos al Collado Postema, parece una vaguada de un arroyo. En este punto abandonamos la compañía de la alambrada y nos desviamos a la izquierda para seguir esta pequeña vaguada.
Al final de este pinar, entramos en una gran pradera, donde se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, que curiosamente vi desde la cima a lo lejos.
Pasamos por delante de ella y seguimos la senda hasta que nos desviamos a la izquierda. Vuelta a subir a la zona de la Sierra Llana.
El sol ilumina el camino y las flores que salen por doquier.
La senda se hace más estrecha convirtiéndose en una pequeña vereda.
Ya veo al fondo el Turral, es un pequeño promontorio rocoso, al que me acerco, subo por algunas de sus rocas para poder disfrutar de sus vistas. Desde aquí logro ver alguno de los Miradores de la ruta de Marqués de las Navas, que tuvimos la suerte que nos la enseñara Javier Carballo un gran senderista.
Regreso a la vereda, el cual con su piedra algo suelta hace que mis pies sufran un poco. Al fin esta vereda toma algo más de piso liso y se agradece.
Algunas piedras juegan con la gravedad.
La vereda se sumerge entre un mar de jarales.
La vereda termina en la carretera, la cual vamos a cruzar para seguirla en un pequeño senderillo paralelo a ella que me va a llevar a la entrada del pueblo.
Hasta la próxima.
Vídeo de la ruta
Vídeo del perfil de la ruta
Época recomendada: Primavera, Otoño, Invierno.
Transporte: Se llega en el autobús 645 con salida del intercambiador de Moncloa, horarios.
Participantes: Antonio
Nivel de dificultad: Dura
Distancia: 16 km
Desnivel + 771 metros Desnivel - 773 metros
Tiempo total: 4h 58'
Tiempo en movimiento: 4h 14'
Tiempo parado: 44'
Velocidad media total: 3,21 km/h
Velocidad media en movimiento: 3,77 km/h
Ritmo medio total: 18:33 min/km
Ritmo medio en movimiento: 14:38 min/km/h
Indice IBP index: 77 Informe
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