Mapa de la ruta
Breve comentario
Afirma el refranero popular que “en abril, aguas mil” y esto mismo nos temíamos los componentes de LOS NUESVOS CABALLEROS ANDANTES en nuestra ruta del día doce de abril, pero parece que hogaño, todo se pone en contra de un buen chaparrón, aunque, teóricamente sea la temporada “monzónica”. Iniciamos caminata tempranera en Sevilla la Nueva, final de la etapa anterior. Algún caballero tenía la esperanza de alegrarse la pupila contemplando la belleza de alguna fémina conocida en tiempos pretéritos, aunque no muy lejanos, pero lo que tuvimos fue el privilegio de gozar de la exuberante belleza primaveral de la dehesa de ésta zona de Madrid. Nos adentramos por preciosos encinares hacia el rio Guadarrama, en animada conversación, bromas futboleras, siempre en buena camaradería. El día y la temperatura invitaban también a ello. Por el trayecto comprobamos cómo los caminos lucen las heridas producidas por esos terribles artefactos de cuatro ruedas, que no son motos ni coches, pero asimismo capaces de devorar senderos sin ninguna consideración. ¿Cuándo vamos a tomar conciencia de que no todo vale en la naturaleza? No convenía salirse de los márgenes de los caminos marcados, porque son zonas de caza -como así lo atestiguaban los innumerables carteles- y para evitar una desagradable y peligrosa perdigonada o algo peor. Nos encontramos con el río y seguimos caminando contracorriente, buscando un puente que nos permitiera cruzar a la otra orilla y continuar rumbo a Móstoles. No fue posible y hubo que cruzar el cauce fluvial por el arcén de la carretera M-501, con el peligro para nuestras vidas que eso suponía, dada la gran cantidad de vehículos que circulan por dicha autovía. No entendemos cómo en un Parque Regional, con infinidad de rutas marcadas por la Consejería de Medio Ambiente, no existe un solo puente, excepto el de Hierro por dónde cruzaba el desaparecido tren de Almorox. ¿Es que no hay nadie sensato que se haya dado cuenta de esto? ¿Nadie lo ha solicitado hasta ahora? Es incomprensible. Repuestos del susto, seguimos avanzando, comprobando cómo los hitos de las rutas quedaban “encerrados” entre los quitamiedos de la autovía, por un camino paralelo a la M-501. Tuvimos que dar un repentino giro a la derecha para cruzar un arroyo por un vado, sin puente ni pontón, mojándonos los pies. Menos mal que no había llovido y el caudal era mínimo. En esta zona, la vegetación cambiaba y nos adentramos entre pinares en dirección a Villaviciosa de Odón. El cielo seguía amenazando lluvia, pero se contenía, pareciendo admirar la bonita postal de los caminantes, son sus camisetas verdes, saliendo del pinar y mimetizándose con los verdes trigales a un lado y otro del camino, hasta que “la civilización” empezaba a devorarlo todo. Comprobamos cómo las rutas del Parque Regional también estaban marcadas por esta zona; eso nos encantó. -Lo mismo que se critica lo malo, se aplaude lo bueno-. Divisamos las primeras edificaciones de Móstoles y debimos recurrir a los impermeables. Falsa alarma, no llegó a mojarse ni el suelo. Terminó la ruta en el Soto de Móstoles, parada de Renfe-Cercanías. Fueron 20 kilómetros muy gratificantes y bonitos, no exentos de aventuras. Para eso estamos.
Toponímia: Los Manantiales, Camino Viejo de Madrid, Cerro de la Piedra, Río Guadarrama, Vado de Sacedón, El Sotillo, M-501, Camino de los Molendero, Vereda del Molino del Obispo.
Transporte utilizado: Para llegar a Sevilla la Nueva, tomamos el autobús 531 en la avenida de Portugal, junto a la estación de RENFE de Móstoles, a la cual también se puede llegar en Metro Sur. La vuelta terminamos en la estación de RENFE Móstoles el Soto.
Época recomendada: Primavera, Otoño, Invierno.
Nivel de dificultad: Fácil
Distancia: 19,28 Km
Tiempo total: 4h 50'
Tiempo en movimiento: 4h 11'
Tiempo parados: 39'
Velocidad media total: 4 km/h
Desnivel + : 215 metros Desnivel - : 260 metros
Indice IBP Index: 49
Caballeros Asistentes: Antonio, Tomás, Fermín, Miguel, Amador, José Manuel.
Galería de fotos
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