Mapa de la Ruta
Hoy vamos a entrar en contacto con uno de los lugares con más magia para mi de la Sierra del Guadarrama, La Pedriza. Mis amigos Roman y Frank han decidido acompañarme sin saber muy bien donde se metían. Es una lastima que nos acompañará el guía local Rufino muy buen conocedor de todos los recovecos que tiene esta zona.
La ruta de hoy como bien dice el titulo consiste en dar la vuelta a la gran mole del Yelmo. Para ello vamos a salir del aparcamiento de Canto Cochino y subiremos hacia la Gran Cañada para recorrerla completamente hasta llegar al otro lado de la Pedriza donde nos encontraremos con la Raja junto al Arroyo de Santillana y la mítica mole del Berrueco. Seguiremos girando hasta tomar el antiguo camino que seguía el trazado del Sendero de Gran Recorrido GR 10 que al día de hoy transcurre por la Gran Cañada. Subiremos hasta el Collado de la Dehesilla para luego bajar por el Tolmo y Refugio Giner de nuevo a Canto Cochino. Se trata de una buena vuelta algo dura para las rodillas y doy fe de ello que al día de hoy todavía las tengo resentidas.
Por contratiempos nos toca salir algo tarde para realizar esta ruta. Saliendo del parking de Canto Cochino nos dirigimos al encuentro del Río Manzanares el cual cruzamos por un pequeño puente de madera. Al otro lado nos vamos a desviar a la derecha a la vuelta volveremos por la izquierda. Cruzamos una pequeña pradera para volver a cruzar por un pequeño puente de madera el Arroyo de la Majadilla.
Al otro lado nos espera una buena subida entre numerosos jarales hasta llegar al alto de la Gran Cañada. Actualmente el trazado del GR 10 viene por este lugar en lugar de por el Collado de la Dehesilla, para mi gusto era mejor el trazado anterior. Pues este tiene un sube y baja continuo al final y con unas rampas que rompen las piernas. Aunque hay que decir que la bajada del Collado de la Dehesilla a Canto Cochino no tiene nombre.
Llevamos un buen ritmo tranquilo pues nos queda mucho por delante, en la Pedriza la distancia a recorrer se hace más larga en el tiempo por el tipo de terreno que pisamos constantemente.
En la parte alta ya de la Gran Cañada nos separemos un poco hacia la derecha para poder tener unas bonitas vistas de Manzanares el Real de su embalse y entorno.
Vamos a comenzar un duro descenso hacia una pequeña vaguada que luego tendremos que volver a remontar. Recuerdo cuando pasé con el grupo de Nucaban por aquí cierto día. Aquel día hacia mucho calor e iba haciendo mella en los integrantes del grupo por esta zona subiendo. Como digo la bajada es algo resbaladiza.
Llegamos a la orilla del Arroyo de Santillana ya son pasadas las 3 de la tarde una buena hora y lugar para descansar.
Después de un merecido descanso y almuerzo retomamos nuestro camino pasando junto a una gran roca con un aspecto muy singular llamada El Berrueco.
Solo podemos verla mientras caminamos al estar dentro de una finca privada. Volvemos a cruzar el arroyo de Santillana y tras pasar una portilla vemos un edificio donde antiguamente se encontraban las Canteras de El Jaralón, hoy en día es un espacio en restauración medioambiental.
Comenzamos a subir de nuevo primeramente por una buena pista junto a lo que fueron las canteras. Luego la pista se termina y pasa a ser una pequeña vereda que va junto a la alambrada que al final se dirige hacia una portilla por debajo de nosotros.
Esta vereda era el antiguo trazado del GR 10 hoy en día descatalogado. Me encanto este paseo por esta vereda íbamos viendo a lo lejos el Collado de la Dehesilla dibujando sus formas.
Otro pequeño de cabras montesas pastan muy cerca de nosotros. Nuestra subida continua en esta última parte con algo más de pendiente. Las fuerzas comienzan a faltar pero el ánimo es fuerte.
Al fin llegamos al Collado de la Dehesilla, hacia mucho tiempo que no volvía por este lugar. Hacemos una pequeña parada para disfrutar de las vistas hacia las dos vertientes.
Ahora toca bajar y vaya bajadita nos esperaba. Aún recuerdo cuando hace mucho tiempo en los principios de Nucaban un componente del grupo me decía que subir por aquí no era senderismo sino montañismo. La verdad que es una bajada que tiene mucha miga, yo por cierto terminé con mis rodillas muy tocadas, tanto que llegando al Refugio Giner me costaba seguir el ritmo de mis compañeros.Mientras bajábamos no podíamos dejar de mirar a las grandes paredes rocosas que nos rodeaban.
Llegamos a una de las grandes moles de piedra conocida en la Pedriza con el nombre del Tolmo. Es una piedra de unas dimensiones descomunales en medio del camino.
En un rato llegamos al Refugio Giner antes pasamos por una pequeña fuente en la que poder beber. Da gusto poder ver un Refugio de Montaña aunque sea privado en esta provincia llamada Madrid, porque si fuera por las autoridades.......
Deseo que os guste, yo seguramente vuelva tengo muchos lugares por descubrir aquí.
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