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Comentario
Hoy tenía la intención de recorrer una bonita zona, las últimas estribaciones de la Sierra de Gredos en Navahondilla. Subiendo desde este pueblo, por la Cuerda de Pedro Duermes al Cerro de Guisando. Recorriendo caminos públicos en entornos de bellos bosques de robles y castaños. Con unas bonitas vistas desde las cimas.
Desgraciadamente no pude realizar la ruta que yo deseaba. Y doy las gracias a un buen vecino de la localidad Ricardo, que me vio antes de comenzar la ruta. Me estuvo explicando que la mayoría de los caminos hoy en día, están en mano de grandes terratenientes. Están cerrados a la servidumbre que deben por ley, y se han apropiado por la cara de ellos. Eso sí, con la ayuda de las autoridades locales y la falta de intervención de los vecinos.
Así es España, la de los terratenientes antiguos señores feudales que siguen campando a sus anchas, creando las leyes a su gusto.
Te doy las gracias Ricardo, porque si no es por ti, me hubiera metido en un verdadero berenjenal.
Saliendo de la zona polideportiva del pueblo, verás unos paneles de dos pequeños paseos que puedes realizar desde aquí. Ninguna de ellas te llevará hacia las cumbres. Nos desviamos a la derecha, siguiendo la ruta de la Casa del Monte. Rodeamos el pequeño Cerro de la Cabeza a nuestra izquierda. Seguimos junto al Arroyo de la Casa del Monte. Vemos la fuente abrevadero de Cabezuelas a nuestra derecha. Escucho en la lejanía el sonido de algún toro, junto al sonido del bosque.
Pasamos por varios desvíos, hasta llegar a la Dehesa. Me fijo que es una buena pradera con algunas barbacoas.
Prosigo subiendo un poco más y me encuentro con otro cruce. En este caso, tendremos que tomarlo a la izquierda. En mi caso, yo seguí de frente, viendo unas antiguas cuadras de ganado y a sus pies una buena fuente. Y con una bonita estampa de unos caballos alimentándose.
A partir de este momento comienza la aventura. Ricardo me comento que en este punto tomará el cruce a la izquierda, como yo os indico. Pero me dije, porque no seguir de frente si es un camino público. Hecho mano a mi móvil y entro en la aplicación del SIGPAC, donde puedes consultar la titularidad de todas las parcelas. Mirando compruebo que así es, es público, y tiro para delante. Me encuentro con una puerta indicando Coto Privado de Caza, con un candado abierto en la puerta. Entro para seguir por el camino, y me encuentro con una enorme mansión del terrateniente de turno. Tuve suerte de que no me mandasen a los perros. Viendo el percal, decido llamar al Seprona, el cual me dice "que haga lo que yo crea más oportuno". Escuchado dicha respuesta, me quedo tal cual estoy. Decido llamar al ayuntamiento del pueblo, hablo con el Alcalde, el cual me dice "que nadie pasa por allí normalmente, que ya no hay trashumancia, que eran otros tiempos". Visto el apoyo por parte de las autoridades locales al servicio de los terratenientes, me veo volviendo por donde vine, antes de que echen los mastines.
Sigo por el camino indicado por Ricardo, hasta llegar a una curva. No tenía muy claro el punto de abandono de este camino, me fijo en una vereda abandonada. A partir de este momento es todo una jungla, intentas subir por donde puedas, eso sí, hay que subir. El lugar, por donde veas más propicio. Me encuentro con la compañía de un Castaño Centenario.
Prosigo la subida, con fuerte pendiente que hace que las piernas comiencen a acusarla.
Después de este gran esfuerzo, consigo ver la claridad del cielo. Atravieso una puerta sin problemas y me encuentro en plena Cuerda de Pedro Duermes en la zona denominada Era del Corcho. Subo un buen repecho hacia el Corcho, donde paro a almorzar. El hambre me iba ya apretando, pero deseaba quitarme los mayores repechos de en medio.
Después de un buen descanso merecido, sigo la cuerda hacia el Cerro de Guisando. Según voy avanzando, me empiezan a surgir ideas de por donde voy a volver al pueblo. Pienso ¿Volver por dónde he venido o bajar desde el Cerro de Guisando hacia el GR 180 Cañada Real Leonesa? Se va acrecentando dentro de mí la idea de bajar por el Cerro de Guisando. Recordaba que mientras estuve preparando rutas por esta zona, vi que algunos habían bajado por aquí y me dije, no sería mala idea uffff con la idea jajaja.
Llego al Portacho de los Ballesteros, ya tengo delante a Guisando. Hay grandes bloques de piedra, que debemos ir sorteando.
Llego al vértice geodésico, se encuentra rodeado de pinos, con lo que las vistas desde el, no son buenas. Me paro un rato, mientras tomo mi última decisión sobre el regreso. Hoy se ha trastocado totalmente lo que yo traía preparado. Me fijo en una pequeña vereda que me deja en un espectacular mirador. Miro como suben los buitres a tu altura. La verdad que solo por poder disfrutar de este mirador, merece la pena subir.
Regreso y ahora comienza la segunda parte de la aventura del día. La bajada la haces completamente por una jungla. Menos mal que yo no me amilano antes estar circunstancias. Pero eso sí, para quien no esté muy acostumbrado al campo través, bajando con fuertes pendientes y acompañados de zarzas por doquier que haga el camino de vuelta por donde vinimos. Yo pensaba, madre mía, como sería subir por aquí. Las zarzas intentan frenar constantemente tu avance, se enganchan a la ropa. Hay que ir buscando la mejor traza para librarlas y que se encuentre más despejado. Después de haber luchado a brazo partido en la jungla, veo debajo de mí los restos del Monasterio de los Jerónimos. Se funda en el año 1375, es uno de los primeros monasterios fundados por la orden los Jerónimos en España. Los monjes antes de la construcción del monasterio, estuvieron viviendo en unas cuevas.
Prosigo mi viaje hasta llegar a una especie de pequeña pradera, donde se abren dos caminos más claramente.
Giro la cabeza y observo lo que he bajado. Ahora lo que me queda será por unos caminos más llevaderos. Paso por una bonita dehesa, que ahora en primavera esta soberbia.
Me encuentro al final de mi camino con otra sorpresa. Una puerta con candado que salto. Lo que más gracia me hace es el cartel que colocan en la puerta.
Yo no sé, si se creen que somos ......? Leyendo el cartel y viendo la enorme finca que rodea toda la montaña con una enorme alambrada, hasta el mismo Cerro de Guisando COTO PRIVADO DE CAZA . Me imagino que los animales no se asustaran del ruido y estrés que sufren por los cazadores aparte de matarlos. Eso sí, crean las leyes para que no sean molestados los señores feudales.
Cada cual que piense lo que quiera, yo tengo mi libre opinión.
Conecto en este mismo lugar con la Cañada Real Leonesa Oriental. En esta zona coincide con el Sendero de Gran Recorrido GR 180, marcado con el color blanco y rojo. Son unos 5 km los que transitaremos por ella. El paseo es súper agradable, se notan las últimas lluvias y algunas zonas no evitan que te mojes las botas.
Bordeo la urbanización de Navahonda. La senda es muy agradable, pero mis piernas ya están muy resentidas del esfuerzo realizado. El sol comienza a apretar y la falta de agua hace mella en mí. Al fin veo el desvío al pueblo, donde abandono la compañía del GR 180. Subo una buena cuesta a un ritmo flojo pero constante. Paso por el ayuntamiento y atravieso su casco. Afortunadamente me encuentro con una fuente donde saciar mi sed. Al fin llego a mi destino para poder cambiar mi calzado por otro más cómodo y comer.
Deseo quien se atreva con la ruta, que la disfrute.
Vídeo de la ruta
Época recomendada:Primavera, Otoño.
Transporte: Vehículo privado.
Nivel de dificultad: Muy Dura
Distancia: 21,6 km
Desnivel + 1127 metros Desnivel -1111 metros
Tiempo total: 7 h 22'
Tiempo en movimiento: 6h 07'
Tiempo parado: 1h 15'
Velocidad media total: 2,93 km/h
Velocidad media en movimiento: 3,53 km/h
Ritmo medio total por km: 21:42 min/km
Ritmo medio en movimiento por km: 14:32 min/km
Índice IBP Index: 108 Informe
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Descargar el track de la ruta aquí
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