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Comentario
Tielmes
ha sido principio y final de dos rutas del grupo senderista NUCABAN:
La número 085 Nucaban: Morata de Tajuña - Tielmes variante a Pie de la Vía Verde por ruta del Bosque que forman parte de la serie correspondiente a la Vía Verde del Tajuña y la número 086 Nucaban: Tielmes - Orusco variante de la Vía Verde de Tajuña por senderos pasando por Carabaña.
Los
compromisos navideños hacen que la expedición de hoy sea poco
numerosa. Iniciamos la caminata, con nuestro grito de ánimo,
recordando aquellos caballeros que no han podido acompañarnos en
esta ocasión. El frío es
intenso y la niebla nos cubre como un manto semitransparente, que no
deja ver mucho más allá de los cien metros, pero el cafetito en el
bar de la piscina nos anima y reconforta.
Por la calle
del Cercado caminan cuatro sombras en dirección al puente sobre el
río Tajuña. El puente es una construcción del año 1.637, la obra
la dirigió el cantero Juan de la Torre. Derruido durante la Guerra
de Sucesión fue reconstruido de nuevo igual que el original y a
finales del Siglo XX fue restaurado por la Comunidad de Madrid.
Al llegar a
la ermita nos desviamos a la derecha por un camino asfaltado, en
paralelo al Caz de la Marañosa siguiendo las señales de una ruta
marcada por la Comunidad de Madrid.
Un poco más adelante dejamos el asfalto y caminamos por un sendero. Una vez que cruzamos el arroyo de Valdecañas, giramos a nuestra izquierda y continuamos en paralelo al arroyo despreciando los diversos caminos que salen a la derecha.
Enlazamos con la vía pecuaria y aunque la niebla es densa aún, podemos observar el camino que asciende por el barranco del Horcajo. Reponemos fuerzas y, para nuestro gozo, el sol comienza a desperezarse tímidamente, como la dama que se despierta somnolienta estirando sus bellas piernas después de haber recuperado su cuerpo con un sueño reparador.
Tomamos a
nuestra izquierda al llegar al asfaltado camino de los Carrascales,
que dejaremos casi de inmediato para ir por el sendero de tierra,
pasando al lado de unas casas de labor. Ascendemos
por un buen camino, aunque la pendiente sea considerable pero no muy
larga. El sol definitivamente se ha adueñado del cielo y hacemos una
pequeño alto para observar lo que vamos dejando a nuestra espalda:
El barranco de los Muertos ahí abajo o Villarejo de Salvanés en lo
alto.
Un poco más adelante dejamos el asfalto y caminamos por un sendero. Una vez que cruzamos el arroyo de Valdecañas, giramos a nuestra izquierda y continuamos en paralelo al arroyo despreciando los diversos caminos que salen a la derecha.
Enlazamos con la vía pecuaria y aunque la niebla es densa aún, podemos observar el camino que asciende por el barranco del Horcajo. Reponemos fuerzas y, para nuestro gozo, el sol comienza a desperezarse tímidamente, como la dama que se despierta somnolienta estirando sus bellas piernas después de haber recuperado su cuerpo con un sueño reparador.
Los olivos
centenarios o tal vez milenarios van a ser nuestros compañeros de
viaje ya durante el recorrido que nos queda. Los
aceituneros se afanan en la recogida de los frutos que una vez
prensados nos darán el excelente aceite de la zona.
No nos queda más remedio que caminar unos cuatrocientos metros por la carretera M-231 antes de tomar el camino de la Tomillosa que sale a nuestra izquierda en una vega sin olivos.
Giramos por un buen sendero a nuestra derecha en dirección al Barranco del Horcajo. Aquí nos encontramos de nuevo con la senda marcada por la Comunidad de Madrid, que ya no abandonaremos.
No nos queda más remedio que caminar unos cuatrocientos metros por la carretera M-231 antes de tomar el camino de la Tomillosa que sale a nuestra izquierda en una vega sin olivos.
Giramos por un buen sendero a nuestra derecha en dirección al Barranco del Horcajo. Aquí nos encontramos de nuevo con la senda marcada por la Comunidad de Madrid, que ya no abandonaremos.
Entre
olivares y algún viñedo nos vamos despojando poco a poco de los
abrigos y disfrutamos del maravilloso día preinvernal que ahora
tenemos.
Hay un tramo, entre olivos, que ha sido arado, pero no hay pérdida porque los postes nos indican que vamos por el lugar correcto, aunque aparentemente sea por mitad de una finca, nos es así.
Las flechas nos indican que dejemos el camino del Llano de Cabras y tomemos el de la derecha en dirección al mirador natural en que se convertirá el tramo que nos queda.
Ahí está Tielmes y su vega, incluso nos deleitamos con las vistas de la sierra de Guadarrama en la lejanía. Una vez pasada la fuente de agua no potable, al iniciar una pendiente miramos a nuestra derecha y tuvimos la fortuna de ver dos corzos que se alejaban a toda carrera de nosotros. La pena fue no poder tomar una instantánea del momento, porque los animalitos son modelos de pasarela, pero no son amantes de fotos ni de exponer su intimidad ante los humanos.
Hay un tramo, entre olivos, que ha sido arado, pero no hay pérdida porque los postes nos indican que vamos por el lugar correcto, aunque aparentemente sea por mitad de una finca, nos es así.
Las flechas nos indican que dejemos el camino del Llano de Cabras y tomemos el de la derecha en dirección al mirador natural en que se convertirá el tramo que nos queda.
Ahí está Tielmes y su vega, incluso nos deleitamos con las vistas de la sierra de Guadarrama en la lejanía. Una vez pasada la fuente de agua no potable, al iniciar una pendiente miramos a nuestra derecha y tuvimos la fortuna de ver dos corzos que se alejaban a toda carrera de nosotros. La pena fue no poder tomar una instantánea del momento, porque los animalitos son modelos de pasarela, pero no son amantes de fotos ni de exponer su intimidad ante los humanos.
El camino de
Llano de Cabras se nos incorpora por la izquierda.
Desde lo
alto vemos como pequeñas hormiguitas a los trabajadores de la
hípica, que se afanan en sus labores.
Al llegar a la ermita nos encontramos con el camino de ida y el retorno lo hacemos por el mismo sitio. Ahí quedan a nuestra derecha los caminos de las Dehesas y Cantarranas antes de cruzar el río Tajuña.
Al llegar a la ermita nos encontramos con el camino de ida y el retorno lo hacemos por el mismo sitio. Ahí quedan a nuestra derecha los caminos de las Dehesas y Cantarranas antes de cruzar el río Tajuña.
Preciosa
ruta por tierras variadas, con vegetación distinta en cada momento,
donde podemos disfrutar de las preciosas vistas desde los miradores
naturales por donde vamos pasando y que podemos hacer en cualquier
época del año.
Época recomendada: Primavera, Otoño, Invierno.
Transporte: Salida desde Conde de Casal en el autobús 326 horarios.
Vídeo de la ruta
Caballeros participantes: Antonio,Tomás, Carmelo, Román.
Nivel de dificultad: Media
Distancia: 18,5 km
Desnivel + 278 metros Desnivel - 278 metros
Tiempo total: 5h 15'
Tiempo en movimiento: 4h 43'
Tiempo parado: 31'
Velocidad media total: 3,53 km/h
Velocidad media en movimiento: 3,92 km/h
Ritmo medio total por km: 17:03 min/km
Ritmo medio en movimiento por km: 14:09 min/km
Índice IBP Index: 58 Informe
Descargar Track ruta GPX aquí
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